lunes, 24 de noviembre de 2014

esta semana jugamos la jornada siete

Yo tengo un partido interesante. Juego con uno de los hándicaps más bajos de la liga. Esto quiere decir que si juego bien es fácil que gane. Pero como falle...los buenos no perdonan.
La semana pasada discutí con tres jugadores de la liga. Y me duele porque los aprecio bastante. Y no me duele por que tuvieran una opinión distinta a la mía, sino porque no me expliqué bien.
Antes de empezar la liga hubo una reunión en la que se explicó cuál iba a ser el funcionamiento de la misma. Y no se están cumpliendo las reglas del juego.
En teoría la jornada acaba el domingo por la tarde, sin embargo, es comprensible que "in extremis"- y por causa justificada- se juegue el lunes antes de que las tarjetas se envien a la federación y se actualice la clasificación. Lo que no es normal es permitir que una partida se aplace hasta el martes, miércoles. ..sea por la razón que sea. Pues para eso tiene el golf- y lo que no es el golf- las normas de cortesía, es decir: que si un jugador ya sabe que esta semana no puede jugar su partida, lo que nobleza obliga es ponerlo en conocimiento de su contrincante y del responsable de la liga, y dar por perdido ese partido. Esto es básicamente lo que yo pienso. Hay un dicho que reza así: lo que es igual para todos no es ventajoso para nadie. Pues eso.
Ahora bien, en lo que a mí respecta, debo entonar el mea culpa. Pues fui el primero en incumplir esta regla.
Mi primera partida la jugué el martes de la segunda jornada. Mi contrincante estaba de viaje y no pudimos jugar esa semana. Yo ya daba el partido por ganado, pero recibí una llamada pidiendo jugar después y, tras consultarlo con el responsable de la liga, y tener su consentimiento, acepté. Gran error por mi parte, lo reconozco. Pero me pareció lo correcto al ser el primer partido. No me apetecía empezar ganando en los despachos.
El caso es que no creo que se deba llevar a rajatabla precisamente esta semana. Pero sí que para la jornada nueve o diez no haga falta decir nada, el que no pueda jugar en una fecha concreta, que adelante el partido si puede, y si no puede que lo dé por perdido. Y ya está. Más que nada porque no nos jugamos nada, sólo el prestigio. Y ese no se gana jugando al golf.

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