lunes, 16 de febrero de 2015

Tiger se pira

Intentando descifrar un artículo en inglés que hay en su página, he llegado a la conclusión de que, si bien hacía unos días o unas semanas había pegado 82 golpes para acabar con el peor resultado de su historia, estuvo a punto de superarse el último día que ha jugado de no ser porque se retiró antes. Tiger Woods, en el hoyo 11 ó 12, no sé bien qué alegó, y se marchó.
Y es que a mí la vida del deportista de élite me parece durísima. Claro que tiene su recompensa y el que está ahí es porque quiere. Pero veo normal que llegué un punto en que el cuerpo y la cabeza se revelen: y digan hasta aquí.
A lo mejor se equivocan los que dicen que no volverá. Eso está por ver. Pero que algún sentido tiene. Claro que por otra parte, hay que jugadores que no opinan lo mismo: José María Olazabal -según he leído- ganó su segunda chaqueta verde tras salir de una grave crisis en su juego, debido entre otras cosas a las lesiones, supongo. Y como él tuvo que cambiar su swing -y reinventarse, vamos- no ve tan improbable que Tiger también lo haga. Y ojalá que así sea. Tiger es una leyenda viva.
Y mientras tanto nosotros, pobres mortales, lo contentos que estaríamos con esos 82 golpes.

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