Me ha costado muchísimo entrar en partido. En la primera vuelta solo he podido hacer doce puntos. Luego en la segundo he conseguido llegar a veinte, pero no ha sido suficiente.
Ángel ha jugado muy bien. Una primera vuelta espectacular. Y la segunda lo suficientemente resultona como para aguantar el tipo.
Hemos empatado a hoyos pero Ángel me ganó por puntos.
Puedo resaltar como positivo, eso sí, que he conseguido sobreponerme a una primera vuelta tan nefasta y mejorar con la segunda. Aunque está claro que no es suficiente.
Ayer por la tarde di sólo una vuelta y me salió genial. Pero la verdad es que el campo cambia de unas horas a otras. Los greenes están más lentos o más rápido dependiendo de la humedad. E incluso las bolas vuelan más o menos dependiendo también del tiempo.
Lo más curioso del día es lo que me ha pasado en el cuatro. Las dos veces que he pasado por allí me ha pasado exactamente lo mismo. He pegado una buena bola, y cuando hemos llegado, no la encontrábamos. La primera vez incluso me he vuelto para atrás al tee y he tirado una segunda. Pero cuando he llegado abajo he buscado otra vez, y he dado con la primera. Estaba en una retama a 10 metros del green.
Pues bien, en la segunda vuelta, por extraño que parezca, me ha pasado exactamente lo mismo. He puesto la bola en el mismo sitio. Increíble. Sobre todo porque desde el tee parecía que iban perfectas.
Luego he tenido también alguna sacado de búnker bastante mala, pero bueno...es lo que hay.
De todas formas lo que más me preocupa es que hay golpes que los he perdido, que no sé cómo los hacía, que ahora no me salen. Espero que dándole vueltas encuentre donde estoy metiendo la pata.
Otro dato positivo es que estoy pateando mejor. Parece que he encontrado la forma. Aunque miedo me da decirlo. Parece que es decir que algo me sale bien para que me empiece a salir mal. Supongo que será que me confío. O que esto es así. Que unos días sale, y otros, pues no.
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